
Telefónica ha reactivado la venta de su filial de Costa Rica tras la espantada de Millicom y con sólidas muestras de interés sobre la mesa. Nada más comprender que las posibilidades de un acuerdo con la compañía con sede en Luxemburgo estaban agotadas, el equipo de Telefónica responsable de las desinversiones en Centroamérica puso la maquinaria en funcionamiento en busca de un nuevo comprador para la filial costarricense. Según ha podido saber elEconomista.es, acaba de iniciarse el proceso de análisis de los activos (Due Diligence) entre los interesados, paso necesario para cualquier eventual transacción, pero sin que este periódico haya podido confirmar la identidad del grupo interesado.
Gran parte de las miradas del mercado apuntan a Carlos Slim, propietario de América Móvil (que opera en todo el continente con la marca Claro), actualmente el tercer operador en aquel mercado, con una cuota de mercado del 19,2%, por detrás de Telefónica (Movistar), con el 26,6% y la pública ICE (Kolbi), con la mayoría del negocio, el 53,6%. Junto a los anteriores, también participan otros dos operadores virtuales: Racsa, a través de la marca Fullmovil, y CableTica, con la enseña Tuyo Móvil. En el caso de Claro, el gigante latinoamericano podría encontrarse con severos problemas de competencia ya que una eventual compra de Movistar Costa Rica reduciría el número de jugadores en aquel país a solo dos referencias, con el consiguiente menoscabo de las ofertas de telefonía móvil para los consumidores.
Entre los grupos de telecomunicaciones que al algún momento pudieron analizar la operación costarricense se apuntan a las chilenas Entel y Wom Novator, interesadas en crecer en otras regiones latinoamericanas, así como las estadounidenses AT&T y Liberty Global, que también podrían colmar con la filial de Telefónica gran parte de sus expectativas de desarrollo en la zona. Precisamente Liberty Global acaba de firmar una alianza con Telefónica en el Reino Unido para liderar el mercado convergente de las telecomunicaciones británicas, con la fusión de Liberty Media y O2.
Mientras Telefónica y Millicom mantienen su disputa legal en un juzgado del estado de Nueva York, para exigir al propietario de la marca Tigo ejecute la compra apalabrada, el grupo español ha puesto su mirada en el resto del mercado con el objetivo de ingresar una cantidad próxima a los 570 millones de dólares acordados con Millicom.
La salud comercial de la filial costarricense de Telefónica puede animar a posibles compradores ya que se trata de un operador con crecimientos anuales del 21%, con más de 2,3 millones de clientes e ingresos superiores a los 235 millones de euros.
Telefónica anunció el pasado noviembre de 2019, durante su último plan estratégico, la progresiva segregación de los negocios de Hispanoamérica, para dotarles de una nueva organización y un equipo dedicado. A través de ese movimiento, Telefónica se abre a todo tipo de alternativas con vistas a poner el valor los negocios en la zona, incluida una potencial separación financiera.